Camilo Taufic nació en Punta Arenas , Chile, en 1938. Empezó en el semanario Ercilla y, más tarde, escribió en diarios como El Mercurio y Ultima Hora, incrustados en trincheras ideológicas diametralmente opuestas, en una época en que en Chile existía una prensa disidente de los grandes medios, capaz de dar trabajo a periodistas ídem. Más tarde se desempeñó en el conglomerado editorial Zigzag y en la Editora Nacional Quimantú. En Buenos Aires, fue redactor de La Opinión, columnista de Página 12 y en Caracas, jefe de redacción de la revista Nueva Sociedad.
Su libro "Periodismo y lucha de clases" (1973) se convirtió en una suerte de pequeña biblia para los jóvenes progresistas interesados en todos los tiempos en aprender el oficio por razones distintas al mercantilismo y exitismo que empapan hoy a esta profesión, que si no es la más antigua del mundo se ha envilecido tanto como "la otra". En 2005 publicó "La autorregulación del periodismo".
De vuelta en Chile, ha colaborado en La Nación Domingo y en las revistas Rocinante y El Periodista. Ha ejercido la docencia en técnicas de redacción, teoría de la comunicación y periodismo en Internet para la escuela de periodismo de la Universidad de Chile, y también en Venezuela, Argentina, Ecuador y México.
La recopilación de los despachos del corresponsal de La Nación de Buenos Aires en Estados Unidos, quien describió los episodios de lucha de clases en el Chicago de los '80, pero del siglo 19, le permitió a Taufic hacer su "Crónica del Primero de Mayo. La Lucha por la jornada de ocho horas" (1978), libro publicado por primera vez en Venezuela. Un detalle importante es que el corresponsal del diario bonaerense era nada menos que José Martí, el apóstol cubano, padre fundador de esa nación, cuya cobertura periodística desde "las entrañas del monstruo" no ha sido suficientemente conocida en América Latina.
Taufic también ha publicado "Manual de periodismo: ética profesional, calidad y estilo" (2009) y "Chile en la hoguera. Instantánea del Golpe Militar" (1974), que sólo fue reeditado en Chile... en 2003, después de tres décadas de silenciamiento.
Camilo Taufic .
Algunos enunciados de su libro • Periodismo y lucha de clases: La información como forma del poder político – 1974.
La ideología burguesa glorifica la imparcialidad e independencia de los periodistas
La ciencia social agrega el partidismo a la realidad social del ser periodista.
Dice el autor : el periodista participa en la dirección de la sociedad y que no solo es un simple testigo, dice los periodistas son dirigentes políticos.
El periodista no se limita a reflejar la realidad sino que actúa sobre ella, contribuye a dirigirla hacia uno u otro fin, ya sea por acción o por omisión, diciendo o callando, conciente o inconcientemente.
La política es una manifestación de la lucha de clases y el periodista no esta al margen de esa lucha.
Dice el periodista o sirve a las clases explotadoras o sirve a las clases progresistas (el proletariado - los trabajadores, los obreros) esto no quiere decir necesariamente que tenga que ingresar a un partido político.
Cada clase social procura influir sobre la sociedad y utiliza los periodistas como un recurso para promover sus ideas y pensamientos
La carta de las Naciones Unidas dice el derecho a informar no puede ser monopolizado o acaparado por un sector en particular.
La concepción burguesa del periodismo que se enseña en las escuelas universitarias es de concepción mercantilista y el periodista deja de ser un ente político para convertirse en un técnico, en un obrero que actúa a favor de las clases explotadoras.
Los que detentan el poder de la tecnología son los dueños de los medios dominantes y son los encargados de transmitir los mensajes a la sociedad.
(Concepto autoritarista de la información) dice Informar significa dirigir.
Expone la doctrina de que un periodista es un papagayo entrenado para decir lo que la clase burguesa le diga debe decir.
AUTORITARISMO principio del gobierno absoluto y que actúa sin consenso.
El concepto socialista de la información habla de células de información en la sociedad, en las fabricas, talleres y parques y donde la información del pueblo circule por los periódicos nacionales y donde el periodista si es un ente político que transforma la sociedad.
Sustenta el concepto de prensa popular al servicio de la clase obrera la cual será orientada por un poder político.
Los capitalistas no pueden reconocer el carácter partidarista de sus medios de comunicación, porque de hacerlo se destruiría el mito de la libertad de prensa. Derrumbando así la teoría falsa del periodismo independiente.
Dice el autor: “los periodistas atrapados en la ideología dominante son preformados inconcientemente y creen en su interior que son apolíticos y que actúan profesionalmente”
Así mismo los medios de comunicación burgueses atrapados en la ideología dominante insisten que en que son apolíticos y que actúan profesionalmente.
Los periodistas honestos existen y aunque trabajan para medios burgueses no tergiversan ni mienten para servir a las posiciones burguesas, aunque son pocos y son la excepción.
Dice el autor que ,aunque el periodista honesto no lo haga, ve como el medio para el cual trabaja si tiene una línea política definida y que es servil a las clases explotadoras donde se banalizan las cuestiones importantes de la clase obrera.
El periodista debe a menudo plegarse a decir lo que dice el propietario del medio para el que trabaja comprometiendo así su independencia.
Muchos periodistas honestos tienen dos caminos, o se doblegan y sirven a la clase explotadora burguesa o abandonar el medio para el que laboran.
La objetividad total es un mito. Es difícil para una prensa capitalista que responde a grandes intereses.
El periodista tiene una función social y una misión política
El periodista debe estar formado adecuadamente para poder abarcar la complejidad de los problemas del mundo y es por ello que existen universidades.
El autor dice que las clases burguesas dominantes influyen en la conformación de las escuelas de periodismo para amoldar los futuros profesionales a sus intereses.
En América latina las escuelas de periodismo se extienden desde los años 50 en adelante.
El centro internacional para estudios avanzados de periodismo en América Latina.
CIESPAL - con sede en QUITO. ECUADOR.
Es el difusor del desarrollismo para los periodistas de la región latina (que amplia la brecha entre los países desarrollados y los no desarrollados)
La SIP (Sociedad interamericana de prensa) agrupa a los dueños de periódicos mas reaccionarios de los Estados Unidos y en América Latina inauguro un centro de formación técnica en MIAMI.
En 1921 se fundo el instituto de periodismo de Moscú que formo a periodistas seleccionados de dentro del conglomerado obrero y campesino, mas tarde se transformo en escuela superior de nivel universitario.
Las escuelas de periodismo se ajustan a las características de de la sociedad en la que sirven.
La burguesía fomenta las escuelas de periodismo que le sirvan, de lo contrario las rechaza y vuelve a preferir a los periodistas surgidos de la practica , esto no se hace para darle oportunidad a periodistas que surjan del pueblo sino para impedir que surjan lideres opuestos a sus intereses.
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PERIODISMO DOMINICANO
Idel Moro es Lic. Ramon Nuñez Moreta - Periodista. egresado UASD.