El rompecabezas
contrario a la experiencia global de la América
Latina y el Caribe (LAC), fuerte económica
el crecimiento en la República Dominicana sobre el
última década no ha sido acompañada por un fuerte
mejora a través de un número de dimensiones de equidad.
Estas dimensiones incluyen el derecho a estar libre de absoluta
la pobreza, la equidad en el acceso a las oportunidades económicas
y la capacidad de las personas para tomar decisiones eficaces y
transformar esas decisiones en resultados. Esta desconexión
entre el crecimiento y la prosperidad compartida en la República Dominicana
República señales débiles fundamentos de equidad. Desde 2000
para 2011, el PIB per cápita en la República Dominicana creció
a una tasa anual de 3.8 por ciento en comparación con un año de ALC
promedio de 2,9 por ciento. Una pequeña contracción de la Dominicana
La economía de la República durante el 2003-2004 financiera
crisis condujo a un aumento dramático en la pobreza, con cerca
mitad de la población engullido por ella. Para el 2011, la pobreza
tasa había caído a 40,4 por ciento, que es mayor que el
Promedio de ALC y sigue siendo más alta que la República Dominicana de
Nivel propia en 2000 (32 por ciento). Esta tendencia es más
marcada en las zonas urbanas de la República Dominicana, donde
ahora hay el doble de personas pobres que había en
2000. En estas áreas, los niveles de desigualdad de ingresos tienen apenas
cambiado, mientras que una reducción moderada se ha producido en
zonas rurales. En general, la desigualdad de los ingresos totales en la República Dominicana
República ha ido disminuyendo a un ritmo más lento que en ALC.
En cuanto a tipos de pobreza en la República Dominicana
revela que dos tercios de los dominicanos de ingresos pobres, en
director, tiene las habilidades y los activos necesarios para generar
mayores ingresos para sí mismos, pero no han podido
para hacerlo. La otra porción de los pobres consiste en
personas atrapadas en la pobreza de larga crónica, en algunos casos
de toda la vida, los hechizos de privación. Esto sigue siendo un tema crítico
ya que estos son probablemente los miembros más desfavorecidos
de la sociedad. De hecho, la República Dominicana tiene muy baja
movilidad económica con menos de 2 por ciento de la población
mover a un grupo económico más alto en la última década
en comparación con el promedio regional de 41 por ciento. En
De hecho, más del 19 por ciento de los dominicanos en realidad experimentada
un empeoramiento de la situación económica a partir de 2000 a 2011. El
República Dominicana también está dando la talla en comparación
de ALC en lo que respecta a la promoción de un acceso equitativo a los servicios básicos
bienes y servicios para niños. Esto limita la económica
oportunidades de las personas desfavorecidas.
En la República Dominicana, siguiendo un patrón observado
en otros países de la región, la clase media tiende
de optar por el contrato social al exigir privada
servicios y negarse a contribuir a los bienes públicos. Esta
genera un círculo vicioso de bajo cumplimiento tributario, bajo pública
calidad de los servicios y la exclusión de los pobres (Sánchez y
Senderowitsch 2012; Ferreira et al. 2012). Fortalecimiento
la capacidad de las instituciones para proporcionar servicios de calidad
podría revertir este proceso y reforzar una más cohesionada
contrato social
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owth and equity in the Dominican Republic:
The puzzle
ontrary to the overall experience of the Latin
America and Caribbean region (LAC), strong economic
growth in the Dominican Republic over the
past decade has not been accompanied by strong
improvement across a number of equity dimensions.
These dimensions include the right to be free from absolute
poverty, fairness in access to economic opportunities
and the ability of individuals to make effective choices and
transform those choices into outcomes. This disconnection
between growth and shared prosperity in the Dominican
Republic signals weak fundamentals of equity. From 2000
to 2011, GDP per capita in the Dominican Republic grew
at an annual rate of 3.8 percent compared to a LAC annual
average of 2.9 percent. A small contraction of the Dominican
Republic’s economy during the 2003-2004 financial
crisis led to a dramatic increase in poverty, with nearly
half the population engulfed by it. By 2011, the poverty
rate had fallen to 40.4 percent, which is higher than the
LAC average and remains higher than the Dominican Republic’s
own level in 2000 (32 percent). This trend is more
marked in the Dominican Republic’s urban areas, where
there are now twice as many poor people as there were in
2000. In these areas, levels of income inequality have barely
changed, while a moderate reduction has occurred in
rural areas. Overall, total income inequality in the Dominican
Republic has been falling at a slower rate than in LAC.
Looking at types of poverty in the Dominican Republic
reveals that two thirds of income-poor Dominicans, in
principal, have the skills and assets needed to generate
higher incomes for themselves but have been unable
to do so. The other portion of the poor consists of
people caught in chronic poverty—long, in some cases
life-long, spells of deprivation. This remains a critical issue
as these are likely the most disadvantaged members
of society. Indeed, the Dominican Republic has very low
economic mobility with less than 2 percent of the population
moving to a higher economic group over the past decade
compared to the regional average of 41 percent. In
fact, over 19 percent of Dominicans actually experienced
a worsening in economic status from 2000 to 2011. The
Dominican Republic is also underperforming compared
to LAC in regards to promoting equitable access to basic
goods and services for children. This limits the economic
opportunities of disadvantaged people.
In the Dominican Republic, following a pattern observed
in other countries in the region, the middle class tends
to opt out of the social contract by demanding private
services and refusing to contribute to public goods. This
generates a vicious cycle of low tax compliance, low public
services quality and exclusion of the poor (Sanchez and
Senderowitsch 2012; Ferreira et al. 2012). Strengthening
the capacity of institutions to provide quality services
could reverse this process and reinforce a more cohesive
social contract
https://www.openknowledge.worldbank.org/bitstream/handle/10986/17826/857600v20WP0P10sment0complete00web0.pdf?sequence=1
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PERIODISMO DOMINICANO
Idel Moro es Lic. Ramon Nuñez Moreta - Periodista. egresado UASD.