12 de julio de 2016

La capa forestal de dominicana no le importa a Danilo Medina

La cubierta forestal en la República Dominicana Principales causas de la deforestación Gestión de los recursos forestales en la República Dominicana

La cubierta forestal en la República Dominicana

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Se estima que la cubierta forestal en la República Dominicana fue de unos 40.000 km2 en el inicio del siglo XX. Esto representó aproximadamente el 83% de la superficie total del país (48.380 km2). En las décadas segundo, tercero y cuarto del siglo pasado, el país perdió el 10 y el 15% de esta zona boscosa, conservando sólo unos 35.000 km2. En la era de posguerra, la deforestación acelerada, causando una pérdida de 75 a 85% de la cobertura que tenía al comienzo del siglo XX. La mayor tasa de destrucción se produjo en las décadas de los años sesenta, setenta y ochenta, los. Al final de esta última década sólo había alrededor de 5.000 km2 de la cubierta forestal que queda en la República Dominicana. 

Luego, en la década de los noventa, este proceso destructivo comenzó a revertir y la cubierta forestal comenzó a recuperarse gradualmente. Por último, la Ley Forestal (203), que fue establecido en los años sesenta, comenzó a dar sus frutos. Esta ley tiene por objeto detener la tala del bosque dominicana y para promover la recuperación de las tierras degradadas. De hecho, a través de programas de reforestación, la superficie forestal del país se incrementó a alrededor de 13.000 km2 en 1998, más del doble de lo que era en mediados de los ochenta, pero aún así no es más que una fracción (30%) de lo que era hace 100 años . Después de ese período, el área boscosa de la República Dominicana estabilizado durante unos años, mostrando un equilibrio entre la deforestación y la reforestación. De hecho, de acuerdo con la Evaluación de los Recursos Forestales Mundiales, publicado por la FAO en 2005, la cubierta forestal dominicano estaba a punto de 13.760 km2, que es aproximadamente el 28,5% de la superficie total del país. La tasa de variación anual de la superficie forestal en el país mostró una reducción de la superficie boscosa de entre 0 y 0,5% por año en el período comprendido entre 2000 y 2005.
Principales causas de la deforestación 

La principal causa de deforestación en América Latina y el Caribe es la conversión de bosques en tierras de agricultura extensiva y la agricultura. Otros factores que influyen en la pérdida de los bosques en el hemisferio occidental son los incendios forestales, la tala industrial con fines comerciales, la producción de carbón vegetal y la leña, la minería, incluyendo petróleo y gas, la construcción de embalses e infraestructuras de los mega (por ejemplo, carreteras), la urbanización; desarrollo costero, y, en las zonas originalmente cubiertas por bosques de manglar, las granjas camaroneras.
En el Caribe, la pérdida de los bosques causada por los desastres naturales que generan graves daños a los árboles, la erosión del suelo, deslizamientos de tierra e inundaciones es muy frecuente. Cada dos años, los huracanes y las tormentas tropicales estragos en las islas como Cuba, La Española, Jamaica y Puerto Rico, la destrucción de sus bosques naturales y las plantaciones forestales.Recientemente, ha habido un aumento en el número e intensidad de los huracanes y tormentas en la región del Caribe, posiblemente causado por el ser humano relacionados con el calentamiento global.
Hoy sabemos que la deforestación aumenta la temperatura en la superficie de la Tierra, debido a que los árboles son cortados, el carbono almacenado en los troncos y las ramas se libera a la atmósfera. Se estima que la composición de un árbol es de 50% de carbono, y la cantidad de carbono almacenado en la biomasa forestal mundial es de aproximadamente 283 gigatoneladas (Gt), aunque esta cifra disminuyó globalmente un 1,1 Gt por año entre 1990 y 2005. Por la República Dominicana, la FAO estima que hay 60 toneladas de carbono de la biomasa por hectárea, lo que significa un total de 82 millones de toneladas de carbono para el país. Esta cantidad de carbono forestal se distribuye en un total de 64 millones de metros cúbicos de bosque Dominicana.
Al mismo tiempo, se estima que la deforestación en todo el mundo es responsable de la emisión de entre 25 y 30% de los gases de efecto invernadero llamadas que se liberan a la atmósfera, lo que significa aproximadamente 1.600 millones de toneladas de gas de un año. En este sentido, la tala indiscriminada y la quema contribuye significativamente al cambio climático, haciendo que la superficie de nuestro planeta se caliente con todas las consecuencias devastadoras que conlleva.
La deforestación y la degradación de los bosques tienen efectos adversos sobre la diversidad y la ecología de los bosques, amenazando a sus múltiples funciones, incluyendo la conservación de los recursos de la biodiversidad, el suelo y el agua y el suministro de madera y otros productos no forestales, así como las áreas de recreación y sumideros de carbono que proporcionan. En resumen, cuando pierden su cubierta forestal, las tierras están limitadas en su capacidad para ayudar a mantener el equilibrio ecológico del planeta, lo que afecta negativamente al bienestar de los seres humanos que dependen de los servicios ambientales ofrecidos por los valiosos ecosistemas como los bosques tropicales y templados .
Gestión de los recursos forestales en la República Dominicana 

En cuanto a la producción forestal y el consumo se va, en el 2004 la República Dominicana exportó un total de 556.000 m3 de leña, mientras que importó 267.000 m3 de madera aserrada, 31.000 m3 de tableros de madera, y 182.000 toneladas de papel y cartón. Al mismo tiempo, produjo 130.000 toneladas de papel y cartón, con un consumo total de 3122.000 toneladas en todo el país.
Afortunadamente, la tasa de pérdida neta de bosque maduro Dominicana, originalmente causada por la demanda de productos forestales, se está reduciendo de manera significativa gracias a la plantación de árboles forestales y la restauración de los bosques a través de la regeneración natural. El uso actual y moderno de gestión de los bosques muestran que hay lugares que experimentan progreso y están manteniendo o recuperando su cubierta forestal, mientras que ayuda a reducir la pobreza y garantizar la sostenibilidad del medio ambiente en el país.

En los últimos cien años, la República Dominicana ha logrado grandes avances en lo que respecta a la legislación forestal. La primera Ley Forestal (Ley 4794) se produjo en 1907 y confirmó la creación de los guardabosques. Desde entonces, muchas reglas ejecutivos, leyes y reglamentos han sido emitidos, cada vez más centrado en la gestión forestal sostenible y la conservación de los recursos forestales. 

En 1999, la Ley 118 se estableció, mediante el cual el país pasó a formar parte del Departamento de Montes de la estructura del Ministerio de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARENA por sus siglas en español). Desde el comienzo de este siglo, la legislación forestal que sirve como marco institucional y legal para el manejo forestal moderno e integrado de los bosques dominicanos se basa en cuatro normas legales: a) Ley 5856 sobre Conservación de Bosques y Árboles Frutales, b) 705 Ley para el Control del la tala de árboles y Operaciones Industriales, c) la Ley 290 de Incentivos Forestales, y d) Resolución 258 aprueba el Plan Nacional de Bosques.
En la actualidad, la Secretaría SEMARENA de Recursos Forestales opera a nivel nacional como la entidad gubernamental encargada de promover y asegurar la reforestación y el manejo sostenible de los recursos forestales, en cumplimiento de la política forestal del país y las normas que regulan su uso. 

Al mismo tiempo, es responsable de proporcionar la información más reciente sobre las cuestiones forestales, obtenidos a partir de la investigación que se lleva a cabo en el país y en partes de otros países, que pueden ser aplicadas en la República Dominicana.

Desde finales de los noventa, el desarrollo de nuevos proyectos de ley que apuntan a modernizar el sector forestal, basado en nuevos conceptos de un desarrollo económico sostenible que sea socialmente igualitaria y armoniosa del medio ambiente, ha vuelto a cobrar importancia. 

En 2003, por ejemplo, el proyecto de Ley de Fomento Forestal fue presentado al Congreso. Cinco años más tarde, un proyecto aún más elaborada fue preparado, que establece un marco jurídico global que permitiría que el país sea autosuficiente en la producción de madera en 10 años. Este proyecto de ley abarca muchos temas forestales de interés nacional, como la producción sostenible de los bosques y la financiación de los servicios ambientales. 

El anteproyecto se discutió en el año 2007 a través de los bosques Mesa Redonda (MDB) y que se encuentra actualmente en la Cámara Forestal donde está siendo modificado para incorporar nuevas propuestas para el proyecto, antes de ser enviada al Congreso para su consideración y decisión. 

El proyecto propone la creación de un fondo para el desarrollo forestal y la creación de un instituto descentralizado para la promoción de la producción de bienes y servicios forestales con fines comerciales. Con estos esfuerzos, la República Dominicana está tomando el liderazgo en la gestión forestal integral en el Caribe insular.
Programas de reforestación 

En la última década, la República Dominicana ha hecho muchos esfuerzos para repoblar el país con los bosques y las plantaciones forestales a través de sus programas de reforestación. Un hito importante en la historia moderna es la publicación en 1994 del Manual para la reforestación en la República Dominicana (Manual para la reforestación en la República Dominicana), escrito por Andrea Brechelt y publicado por la Fundación Agricultura y Medio Ambiente. 


Más recientemente, la SEMARENA declarado mes de octubre como la reforestación.Como parte de este esfuerzo, se propuso que durante el mes de reforestación se llevaría a cabo, sobre todo en las fincas que fueron deforestadas en el pasado, así como de los bancos de los ríos que fluyen a través de ellos. 

Además, la República Dominicana lleva a cabo conferencias nacionales de reforestación, que tienen lugar el último sábado de cada mes en todo el territorio dominicano, en la que miles de árboles de diferentes especies se plantan.
Otro esfuerzo específico es la recuperación del Cachón de la Rubia, en Santo Domingo Este, donde el "Bosque de la Mujer" fue creado. 

Un grupo de mujeres plantado un gran número de árboles con nombres femeninos como la caoba, penda, ceiba, anacahuita, palma cana, entre otros. Otras iniciativas de reforestación con una superficie de más de 100 km2, se llevan a cabo en el camino a Constanza, Jarabacoa, Las Matas de Farfán, Maimón, Polo, Salcedo, San José de Ocoa, San Juan, Santiago y Villa Altagracia. 

Al mismo tiempo, se estima que algunas de las cuencas hidrográficas del país, cubriendo un área de aproximadamente 6.000 hectáreas, se encuentran en estado crítico y requiere que los proyectos de reforestación. 

Esto indica que aún queda mucho por hacer en un país que ya es, en su mayor parte, los bosques orientado, con el fin de recuperar un paisaje funcional donde los bosques son gestionados de manera sostenible, contribuyendo a la conservación de la biodiversidad, y proporcionando valiosa bienes y servicios ecológicos en los que el pueblo dominicano puede confiar por su bienestar, ahora y en el futuro.

Los aserradores mermaron los bosques durante la Era de Trujillo


En materia de recursos naturales,  la Era de Trujillo significó una catástrofe, sobre todo para los bosques dominicanos, que cayeron en manos de una oligarquía de aserradores asociados con  el dictador, quienes devastaron en menos de 20 años varios millones de tareas de bosques y con esto diezmaron  especies de flora y fauna asociadas, así como fuentes de agua.
Los pinares fueron los bosques que más sufrieron la acción de los aserraderos. En el 1939, Carlos Chardón, un experto puertorriqueño que preparó para el gobierno un informe en el cual evaluaba la situación y valor de los recursos naturales, estableció que había en el país 12 millones de tareas de pinos. En 1967, cuando el gobierno de Joaquín Balaguer  clausuró los aserraderos, apenas quedaban 3.5 millones de tareas.
Después que  Trujillo descubrió el  valor económico de los bosques  se hizo también industrial maderero, asociándose con personas que ya estaban en el negocio o colocando testaferros al frente de nuevos aserraderos de su propiedad.
De acuerdo al historiador Frank Moya Pons en su libro “Historia y Medio Ambiente en la Isla de Santo Domingo”,  esas compañías madereras deforestaron las zonas de San José de las Matas, Jarabacoa, Tireo, El Río, Constanza, La Horma, El Rubio, San Juan de la Maguana y Restauración, entre otras, y no se molestaron en replantar el bosque que talaban.
Señala que la deforestación industrial de la cordillera Central dio lugar a la colonización de los valles dentro de las montañas dede Constanza, El Río, Tireo y Jarabacoa, así como al repoblamiento de las zonas de la sierra al oeste de San José de las Matas hasta llegar a Restauración, pasando por El Rubio.
 Agrega que liquidado el bosque, quedaron los trabajadores de los aserraderos convertidos en campesinos itinerantes al servicio de los terratenientes ganaderos, que les entregaban tierras cubiertas de bosque secundario, para que las talaran  y sembraran frijoles o papas por dos o tres años, a cambio de entregarles los fundos sembrados de pastos cuando la pérdida de la fertilidad del suelo los obligara a moverse a otro lote para comenzar de nuevo.
“Así fue despoblándose la cordillera Central de sus pinos originales, que fueron suplantados gradualmente por pastizales que secaron las fuentes de agua e hicieron morir las cañadas y los arroyos”, expresa Moya Pons.
Narra que en tiempos de cuaresma, que es una época de sequía estacional, las montañas dominicanas quedaban a merced de los fuegos intencionales pegados por los campesinos y ganaderos en una lucha sin cuartel contra el bosque para convertirlo en pastizal.
 Recuperación.  Con el inicio del cierre de los aserradores  a finales de la década del 60 y gracias  a  los sucesivos planes de reforestación, el territorio dominicano ha podido incrementar la  cobertura boscosa, pese a  las  amenazas que persisten.
 Según la Dirección de Información Ambiental y de Recursos Naturales (Diarena) del Ministerio de Ambiente, para el año 1996 el área de bosque  era de 13,262 kilómetros cuadrados,   cubriendo  el 27.54% de la superficie a nivel nacional. Para el 2003  la masa boscosa era de un 34.70%, experimentando un aumento de 7.16%.
Conservación. Si bien previo a la década del 50 existían tres áreas protegidas, fue a   finales de ese decenio  cuando se realizó el gran empuje  hacia las políticas de  conservación en el país con la creación de  los primeros parques nacionales y la Dirección de Foresta.
De acuerdo a una cronología contenida en el libro “Áreas protegidas en la República Dominicana: Naturaleza en estado puro”, de José Manuel Mateo y Adolfo López, en el año 1956  se creó  el Parque Nacional José del Carmen Ramírez y en el 1958 se fundó el Parque Nacional Armando Bermúdez, ambos enclavados en la cordillera Central.
En la década de 1960 se crean los parques nacionales Litoral Sur, Litoral Puerto Plata y  Cabo Francés Viejo, de  Samaná. 
En  1963 se crea la Dirección General de Foresta, que a partir de ese momento pasó a  manejar las áreas protegidas del país.
En la década del 1970, se incorporaron  los parques Isla Cabritos, Los Haitises y del Este, así como  la Reserva Científica Villa Elisa, en Montecristi.
Mateo y López citan que el año 1974 fue fundamental para la historia de las áreas protegidas,   pues  mediante ley se crea la Dirección Nacional de Parques, que hasta el año 2000 será la encargada de la protección y el manejo de los espacios naturales y culturales protegidos del país.
A partir de  agosto de 1983  se incorporaron  las reservas científicas de Valle Nuevo, lagunas Redonda y Limón; laguna Cabral o Rincón; pico Isabel de Torres, así como los parques nacionales Jaragua, sierra de Baoruco y Montecristi.
En 1986 se crea la Vía Panorámica Aceitillar- Cabo Rojo, en Pedernales;  el parque  Submarino La Caleta y el  Santuario de Mamíferos Marinos Banco de la Plata. En 1989 se funda la Reserva Científica Ébano Verde.
En  1992  se instaura  la Reserva Científica Loma Quita Espuela. En el 1993  se crea el Cinturón Verde de  Santo Domingo y la  Reserva Antropológica de las Cuevas de El  Pomier, en San Cristóbal. En  1995  se crean los parques nacionales de Neiba,  Nalga de Maco y el Monumento Natural Las Caobas.
En 1996 se incorpora por decreto un gran conjunto de nuevas áreas protegidas y se reformulan otras existentes, creando definidamente el Sistema Nacional de Áreas Protegidas de la República Dominicana (Sinap), que contó a partir de entonces con 67 unidades de conservación.
Recortes.  Mateo y López citan que  entre el 1996 y el año 2000 se sucedieron piezas legales que cercenaron y desnaturalizaron buena parte del Sinap.
“Los motivos de estos intentos de destrucción del patrimonio nacional más importante fueron, sin lugar a dudas, la codicia de algunos empresarios y la irresponsabilidad de buena parte de la clase política. El crecimiento de la economía dominicana sobre la base de la expansión del turismo, hizo de terrenos protegidos que antaño no contaban con gran valor material, codiciadas piezas para especuladores y promotores, debido a su interés  como posibles enclaves inmobiliarios”, exponen.
Entre las áreas que sufrieron recortes están: Los Haitises,  la Reserva Científica Lagunas Redonda y Limón, el Refugio de Fauna Laguna Bávaro. También se eliminaron  siete vías panorámicas.
Una ley general.  El 18 de  agosto de  2000  se promulgó la Ley General de Medio Ambiente y Recursos Naturales (64-00), que derogó todos los decretos emitidos entre 1997 y el 2000, devolviendo el Sinap algunas áreas recortadas. No obstante, en agosto de 2004,  con la promulgación de la Ley Sectorial de Áreas Protegidas (202-04), se volvieron a ratificar  recortes a las unidades en conservación, señalan los autores.
El siete de agosto del 2009, con el  decreto  571-09  se crearon  nuevas áreas protegidas que “completan en buena medida las necesidades de conservación de los ecosistemas dominicanos, aportando unidades en todas las categorías de manejo y aumentando la superficie de espacios   protegidos  en el país”.  Con este paquete suman 120 las áreas  protegidas de la  República Dominicana.
Antecedentes
La primera área protegida
 27 de noviembre de 1928
Se designa una porción de la cordillera Central como vedado del Yaque del Norte. Esta fue la primera área protegida con fines de conservación de la biodiversidad. Actualmente esta zona forma parte del Parque Nacional Armando Bermúdez.
Un área que decayó
 1930
Mediante Ley 530 se creó el Parque Nacional Las Matas, que incluía las montañas Novillero, Siete Picos y las Lomas de Maimón, localizado en la cordillera Central. Sin embargo, a esta unidad  no se le dio seguimiento de manejo y gestión de desarrollo, la expansión humana y otros factores terminaron afectando sus valores naturales.
Constanza
En 1938.
Mediante Ley 29 se crea el Vedado de Constanza, que abarcaba la zona de Alto Bandera y Valle Nuevo. En la actualidad, el antiguo Vedado forma parte del Parque Nacional Valle Nuevo en la provincia La Vega.
Jarabacoa
En 1947
 Con la Ley 1410, se creó el Parque Nacional El Puerto, situado en  Jarabacoa, el cual  aún tiene extensas zonas de pinares.
 
 http://algomasquenoticias.blogspot.com/2013/01/la-cubierta-forestal-en-la-republica.html
 

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PERIODISMO DOMINICANO
Idel Moro es Lic. Ramon Nuñez Moreta - Periodista. egresado UASD.