Barrio Campana - Villa Faro- Reportaje. 2-12-10

La población de origen haitiana casi supera la dominicana.


EN CAMPANA LA NAVIDAD NO SUENA.


Aires de inseguridad y una sensación de vulnerabilidad es lo que se siente al caminar por sus calles.


Cada uno en su afán, los habitantes de campana, van y vienen , unos al  trabajo , otros al deporte, los niños a sus escuelas , el triciclero a buscársela, las vecinas que comentan y los muchachos que juegan pelota en las calles.


Al abordar la guagua le dije al chofer “me dejas en Campana de Villa Faro” y al tiempo que me contestaba ¿EN CAMPANA?  reacciono sorprendido, volteando su cabeza para atrás para observarme detalladamente, al igual que otros tantos pasajeros, Lo siguiente que hablo fue preguntándome que si yo iba para donde un tal EL MACO , riéndose ,como si estuviera diciendo un chiste, comento como que esta persona era quien vendía la mejor maricurimbara (nombre que utilizo para disfrazar  lo que pude interpretar como la mejor marihuana).  
La impresión que percibí de sus comentarios era que me dirigía a un sector donde podría ser asaltado con facilidad por delincuentes, aunque esta sensación no es cualidad exclusiva de este sector de la ciudad de Santo Domingo y como pude observar al caminar por sus calles no me asaltaron ni me sucedió nada parecido.

Campana es un barrio de Santo Domingo Oriental que se encuentra  entre Villa Faro y la urbanización  Rhalma. Se llega a el con mas facilidad a través de la carretera de Mendoza. Debe su nombre a los que eran dueños de esos terrenos que eran conocidos como los campana, no pude precisar por que motivo les llamaban así, el caso es que los campanas fueron los que, a fuerza de que ya muchas personas habían invadido sus terrenos, tuvieron que vender los que aun poseían. Una señora, que  no quiso identificarse, un poco por esa actitud de desconfianza que tenemos arraigada desde la dictadura de Trujillo,  contaba que se mudo aquí en 1977 cuando casi todo aun era “monte y culebra” y que le compro a la señora campana por 600 pesos.
“Cuando la energía eléctrica me lo permite le paso la pulidora a los muebles que reparo para ganarme la vida” comenta Wilson Sánchez quien ha convertido la marquesina de su casa en un improvisado taller de ebanistería

Una parada de carros públicos y de moto –conchos a la entrada del Barrio indica que la mayoría de las personas tiene que desplazarse a otros sectores para asistir a sus trabajos ya que el sector no cuenta con fabricas o industrias que aporten empleos a sus habitantes, es por ello que una gran parte de la población se las ingenia para montar pequeños talleres en sus viviendas ,  tampoco posee canchas ni otros centros deportivos donde la juventud  pueda hacer deportes , por lo menos disfrutan de que la calle principal del sector esta relativamente en buen estado de pavimentación y de que las tuberías de agua se inundan con regularidad , aunque como en la mayoría del país la energía eléctrica  los castiga con largas horas de apagones.
Una casona que sirve de iglesia evangélica  me recuerda la fe que poseemos los dominicanos en nuestro señor Jesucristo.


Mas o menos un kilometro de largo tiene la calle central de campana y las calles transversales que la atraviezan no corren mas tres esqinas sin que se este ya en terreno de otros barrios vecinos, uno  llamando Mandiga y otro llamado Rhalma, realmente no se percibe la diferencia de entrar a terreno de uno u otro, las viviendas , unas mas modestas que otras, no muestran gran diferencia , tras conversar con sus moradores se puede observar que una gran parte de su poblacion es de origen haitiana, aunque esta realidad no es  exclusiva de este sector ya que muchos barrios y pueblos de la republica dominicana estan poblados por personas de ambos paises.


Bajo la sombra que proyecta una pared , una buhonera haitiana vigila la  mercancia que vende que esta tirada sobre una lona en el suelo, con  calizos en sus pies y con un paño rosado enrolado en su cabeza esta sentada sobre una silla colocada en la acera, mientras desgrana unos guandules que va echando en una vasija con la esperanza de venderlos , quien sabe si esta pensando en sus padres o en los hijos que dejo en Haiti, quien sabe si tiene o tendra hijos aquí en dominicana, hijos que por ser descendientes de padres haitianos tendran problemas para conseguir un acta de nacimiento dominicana. 

Otra haitiana es consultada por una empadronadora del censo que en esos momentos se realizaba en todo el pais.
 Diversas son las cifras que sin ninguna base estadistica se ofrecen sobre la cantidad de haitianos en el pais .
A cada paso y a cada esquina se observan uno o varios haitianos en el sector de Campana.




Mirkeya Berroa, una señora dominicana de mas de 50 años de edad, mientras avanzaba las 11 de la mañana, degustaba un pedazo de piña sentada en la mecedora de su galeria , dijo tener 17 años viviendo en el sector y que aunque dijo no es fundadora del barrio puede decir que en ese tiempo que tiene viviendo aqui ha observado como en los ultimos tiempos ha aumentado mucho la cantidad de haitianos que se han mudado en el sector, ante la pregunta que le formule de porque no ha puesto arbolito ni adornos navideños le echa la culpa a  la crisis economica, ademas dice “como quiera con estos apagones en la noche uno ni entusiasmo tiene de poner nada.

Inocentes al concepto de nacionalidad ,decenas de niños del “colegio infantil niñito Jesus” aprovechan el recreo para tomar las meriendas que sus padres les dieron antes de mandarlos al colegio, y es que por ser un centro privado no reciben el desayuno escolar que brinda el gobierno y que tantas situaciones  de intoxicaciones ha ocasionado en las escuelas publicas. Son ellos el futuro de campana , son ellos el futuro del pais.