Yo Vendí A Crédito , Yo Vendí Al Contado.

Yo Vendí A Crédito , Yo Vendí Al Contado.

Los más entrados en añitos recordaran este cuadro que se exhibía en los negocios, principalmente en los colmados de los banilejos.

Hoy día ya no solo los banilejos poseen colmados, pues ya ciudadanos de cualquier pueblo y de la capital han hecho carreras en el arte de la pulpería., pero antes casi todos los colmados eran de banilejos.

Descendientes en su mayoría de habitantes de las canarias españolas, los primeros banilejos se destacaron por ser hombres serios y de trabajo y una de sus principales características era que se administraban bien y de un chinchorrito prácticamente puesto con las uñas (con chelitos) se hacían de un buen negocio a través de los años de sacrificio y muchos los catalogaron con el mote de tacaños y es tal el asunto que innumeras comedias y chistes se han escrito y contado a costa de la tacañería banileja.

Lo cierto es que en los años 50, 60 y 70 cuando este país no era mas que una aldea , muchos banilejos como mi papa se trasladaron a la capital y con algunos trescientos o quinientos pesos recolectados a puro sudor (muchas veces producto de criar puercos o chivos para luego venderlos) pusieron una pulpería ( que en principio así era que se llamaba el colmado) y tras años de solo trabajar y guardar sus chelitos para reinvertirlos comprando mercancías , al tiempo compraban la casa donde tenían el colmado pagando alquiler y ponían su colmadito bien bonito de mercancía, mientras el capitaleño tigueron trabajaba y se bebía sus chelitos cada fin de semana el banilejo “no se bebía un refresco para no botar los gases”  y lo relajaban por eso.

Dentro de todo este relato, este dibujo colgaba de un clavito de la pulpería, como recordatorio y motivación al colmadero de los que podia esperarle si fiaba su mercancía y del futuro que le esperaba si vendia al contado,

Mi papa aun tiene su colmado tras 52 años de existencia y aun se levanta a las 5 y pico como el primer día.
Dios te bendiga viejo.