el siguiente articulo es de la autoria del hombre del nivel , lachapel.
La condena y expulsión de la UASD al tirano alimaña es justa y no hay por qué revocarla ¡¡Que siga vigente!!
La juventud universitaria y los profesionales democráticos, no pueden mostrarse indiferentes ni comportarse irresponsablemente ante la perversa trama de los grupos más recalcitrantemente reaccionarios vinculados a los períodos del imperio absoluto de la criminalidad balaguerista, que ahora buscan que la justa sanción que expulsa de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) al tirano alimaña Joaquín Balaguer, sea dejada sin efecto.
Esta cruzada de restauración de la infamia en la UASD, la encabezan los señores Gómez Bergés y su hijo, el dinosaurio Gómez Casasnova, dos sujetos carentes de los valores morales y humanos para descalificar las sólidas razones que hicieron que el Consejo Universitario, a raíz de la caída de la tiranía trujillista, acordara expulsar al tirano alimaña de la vida docente universitaria, atendiendo a que ese tirano y déspota ilustrado Joaquín Balaguer, había sido protagonista número 1 de esa sangrienta dictadura sin ejemplo no sólo en el país, sino en todo el Continente.
Joaquín Balaguer, al volver al Poder a partir del 1966 amparado en la intervención norteamericana, demostró ser propiciador del despotismo criminal que tiene como método predilecto ahogar en sangre toda manifestación de libertad cultural, de inquietud democrática y de afán por una cultura que se base en la ciencia y al servicio de las más caros valores de la nacionalidad dominicana.
Así, desde el 1966 hasta el 1978, el tirano alimaña reimpuso el imperio de las penumbras, donde más de cinco mil dominicanos fueron asesinados por los sicarios del tirano alimaña, que volvieron a sembrar de cadáveres todo el territorio nacional.
Se reimplantó el sistema de las torturas, los apaleamientos, las acciones de los cuerpos paramilitares de los Pérez y Pérez, Lluberes Montás, Jiménez hijo, en fin, de "los incontrolables" y la Banda de Ramón Pérez Martínez (Macorís).
El tirano alimaña perpetró, aupó, autorizó, instigó y promovió hasta el último momento de su estadía en el Poder, usurpado mediante la adulteración de la voluntad popular a través de los consabidos fraudes y estafas electorales, la comisión de crímenes y asesinatos contra la UASD, como tan perfectamente ilustran las muertes de numerosísimos estudiantes y profesores, como es el caso de Narciso González.
El papel del tirano alimaña durante la dictadura trujillista por sí solo justifica la expulsión de por vida del tirano alimaña de la UASD, puesto que deshonró a la más alta casa de estudios y a la libertad del país al ser copartícipe, co-responsable y cómplice de tantos profesores universitarios, estudiantes y empleados de la más vieja Universidad de América que fueron víctimas de esa bestial dictadura.
Pero además, a todo aquello, lo cual traspasa las fronteras de lo inverosímil, ya que la perversidad del tirano alimaña Joaquín Balaguer era intrínseca, era la sangre de su sangre y la médula de sus huesos, hay que sumarle o añadirle lo de sus doce años de sangrienta dictadura títere del imperialismo norteamericano. Y a ese período volverle a sumar lo que efectuara en los otros 10 años en que, del 1986 al 1996, usurpara el Poder mediante al infame recurso del fraude electoral.
Ese tirano alimaña Joaquín Balaguer fue un personaje funesto, en quien la falta de dignidad era tal que en el 1961 felicitó a la Policía Nacional y al coronel Canoabo Fernández, hijo de la hiena Ludovino Fernández, cuando masacró a los jóvenes libertarios el 20 de octubre en la calle Espaillat, con un saldo de varios muertos, decenas de heridos y varios centenares apresados y apaleados.
En esa ocasión habló sólo para vociferar con su lúgubre vocecilla infame diciendo: "Vayan mis primeras palabras para felicitar a la Policía Nacional y al coronel Canoabo Fernández, hijo del general Ludovino Fernández, por su firme defensa del régimen constitucional", esto es, el gobierno de Negro Trujillo, títere de su hermano, Rafael Leonidas Trujillo Molina, y que él, el tirano alimaña, había heredado.
Fue el autor de la frase que denota toda la prostitución de su alma envilecida: "La Constitución es un pedazo de papel"; o si no aquella expresión lapidaria que lo retrata de cuerpo entero como el ser lacayo y sumiso ilota sin dignidad y encanallecido que era de: "Seré Presidente hasta que así lo quiera el gobernante norteamericano".
Dejar sin efecto aquella justa y honorable decisión del Consejo Universitario de entonces sólo equivaldría, entre otras muchas cosas negativas que gravitarían perniciosamente en contra de la creación de un país libre, democrático, independiente y soberano:
- A declarar el paso de la UASD al lado de los enemigos de la democracia y la libertad.
- A pisotear el historial de la UASD al lado del pueblo y del país en sus luchas cruciales.
- Quitarle esa honrosa y justísima sanción que expulsa al tirano alimaña, hipócrita y pervertido, de la UASD, equivaldría a transgredir el reclamo justiciero de Juan Pablo Duarte de que: "El pueblo dominicano será víctima de los perfidias de sus enemigos hasta que no se castigue a los traidores como se merecen". Y el tirano alimaña fue un traidor empedernido, no sólo al pueblo dominicano, sino a todos los sanos valores que dignifican al ser humano.
- Acceder al reclamo carente de escrúpulos y pudor de los balagueristas, cómplices y copartícipes de las correrías del tirano alimaña, equivaldría a pasarse al lado de los que han cometido, amparados en la impunidad, los más graves crímenes de lesa humanidad.
- Eliminar la sanción que pesa sobre esa alimaña tiránica, sería hacer causa común con los asesinos de tantos buenos hijos de la patria y parte de la familia universitaria en particular.
- Acceder a eliminar la sanción que expulsa a Balaguer de la UASD sería apoyar el asesinato infame de Narciso González y de tantos otros.
- Sería humillar la memoria de los mártires de las luchas históricas de la UASD.
- Sería una capitulación de parte de las autoridades actuales del Consejo Universitario ante el vulgar chantaje que esgrimen los sádicos seguidores del tirano alimaña de que en la UASD hay persecución ideológica y política, chantaje que se evidencia como tal cuando se constata que hijos naturales y otros familiares del tirano alimaña hoy son profesores de la UASD, lo que demuestra que la justa sanción de expulsión de Balaguer de la UASD es por hechos de su exclusiva incumbencia y competencia directa y personal. Es que Balaguer fue la encarnación viva del delincuente de cuello y corbata, criminal, desalmado y amoral.
La juventud universitaria y los profesionales democráticos, no pueden mostrarse indiferentes ni comportarse irresponsablemente ante la perversa trama de los grupos más recalcitrantemente reaccionarios vinculados a los períodos del imperio absoluto de la criminalidad balaguerista, que ahora buscan que la justa sanción que expulsa de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) al tirano alimaña Joaquín Balaguer, sea dejada sin efecto.
Esta cruzada de restauración de la infamia en la UASD, la encabezan los señores Gómez Bergés y su hijo, el dinosaurio Gómez Casasnova, dos sujetos carentes de los valores morales y humanos para descalificar las sólidas razones que hicieron que el Consejo Universitario, a raíz de la caída de la tiranía trujillista, acordara expulsar al tirano alimaña de la vida docente universitaria, atendiendo a que ese tirano y déspota ilustrado Joaquín Balaguer, había sido protagonista número 1 de esa sangrienta dictadura sin ejemplo no sólo en el país, sino en todo el Continente.
Joaquín Balaguer, al volver al Poder a partir del 1966 amparado en la intervención norteamericana, demostró ser propiciador del despotismo criminal que tiene como método predilecto ahogar en sangre toda manifestación de libertad cultural, de inquietud democrática y de afán por una cultura que se base en la ciencia y al servicio de las más caros valores de la nacionalidad dominicana.
Así, desde el 1966 hasta el 1978, el tirano alimaña reimpuso el imperio de las penumbras, donde más de cinco mil dominicanos fueron asesinados por los sicarios del tirano alimaña, que volvieron a sembrar de cadáveres todo el territorio nacional.
Se reimplantó el sistema de las torturas, los apaleamientos, las acciones de los cuerpos paramilitares de los Pérez y Pérez, Lluberes Montás, Jiménez hijo, en fin, de "los incontrolables" y la Banda de Ramón Pérez Martínez (Macorís).
El tirano alimaña perpetró, aupó, autorizó, instigó y promovió hasta el último momento de su estadía en el Poder, usurpado mediante la adulteración de la voluntad popular a través de los consabidos fraudes y estafas electorales, la comisión de crímenes y asesinatos contra la UASD, como tan perfectamente ilustran las muertes de numerosísimos estudiantes y profesores, como es el caso de Narciso González.
El papel del tirano alimaña durante la dictadura trujillista por sí solo justifica la expulsión de por vida del tirano alimaña de la UASD, puesto que deshonró a la más alta casa de estudios y a la libertad del país al ser copartícipe, co-responsable y cómplice de tantos profesores universitarios, estudiantes y empleados de la más vieja Universidad de América que fueron víctimas de esa bestial dictadura.
Pero además, a todo aquello, lo cual traspasa las fronteras de lo inverosímil, ya que la perversidad del tirano alimaña Joaquín Balaguer era intrínseca, era la sangre de su sangre y la médula de sus huesos, hay que sumarle o añadirle lo de sus doce años de sangrienta dictadura títere del imperialismo norteamericano. Y a ese período volverle a sumar lo que efectuara en los otros 10 años en que, del 1986 al 1996, usurpara el Poder mediante al infame recurso del fraude electoral.
Ese tirano alimaña Joaquín Balaguer fue un personaje funesto, en quien la falta de dignidad era tal que en el 1961 felicitó a la Policía Nacional y al coronel Canoabo Fernández, hijo de la hiena Ludovino Fernández, cuando masacró a los jóvenes libertarios el 20 de octubre en la calle Espaillat, con un saldo de varios muertos, decenas de heridos y varios centenares apresados y apaleados.
En esa ocasión habló sólo para vociferar con su lúgubre vocecilla infame diciendo: "Vayan mis primeras palabras para felicitar a la Policía Nacional y al coronel Canoabo Fernández, hijo del general Ludovino Fernández, por su firme defensa del régimen constitucional", esto es, el gobierno de Negro Trujillo, títere de su hermano, Rafael Leonidas Trujillo Molina, y que él, el tirano alimaña, había heredado.
Fue el autor de la frase que denota toda la prostitución de su alma envilecida: "La Constitución es un pedazo de papel"; o si no aquella expresión lapidaria que lo retrata de cuerpo entero como el ser lacayo y sumiso ilota sin dignidad y encanallecido que era de: "Seré Presidente hasta que así lo quiera el gobernante norteamericano".
Dejar sin efecto aquella justa y honorable decisión del Consejo Universitario de entonces sólo equivaldría, entre otras muchas cosas negativas que gravitarían perniciosamente en contra de la creación de un país libre, democrático, independiente y soberano:
- A declarar el paso de la UASD al lado de los enemigos de la democracia y la libertad.
- A pisotear el historial de la UASD al lado del pueblo y del país en sus luchas cruciales.
- Quitarle esa honrosa y justísima sanción que expulsa al tirano alimaña, hipócrita y pervertido, de la UASD, equivaldría a transgredir el reclamo justiciero de Juan Pablo Duarte de que: "El pueblo dominicano será víctima de los perfidias de sus enemigos hasta que no se castigue a los traidores como se merecen". Y el tirano alimaña fue un traidor empedernido, no sólo al pueblo dominicano, sino a todos los sanos valores que dignifican al ser humano.
- Acceder al reclamo carente de escrúpulos y pudor de los balagueristas, cómplices y copartícipes de las correrías del tirano alimaña, equivaldría a pasarse al lado de los que han cometido, amparados en la impunidad, los más graves crímenes de lesa humanidad.
- Eliminar la sanción que pesa sobre esa alimaña tiránica, sería hacer causa común con los asesinos de tantos buenos hijos de la patria y parte de la familia universitaria en particular.
- Acceder a eliminar la sanción que expulsa a Balaguer de la UASD sería apoyar el asesinato infame de Narciso González y de tantos otros.
- Sería humillar la memoria de los mártires de las luchas históricas de la UASD.
- Sería una capitulación de parte de las autoridades actuales del Consejo Universitario ante el vulgar chantaje que esgrimen los sádicos seguidores del tirano alimaña de que en la UASD hay persecución ideológica y política, chantaje que se evidencia como tal cuando se constata que hijos naturales y otros familiares del tirano alimaña hoy son profesores de la UASD, lo que demuestra que la justa sanción de expulsión de Balaguer de la UASD es por hechos de su exclusiva incumbencia y competencia directa y personal. Es que Balaguer fue la encarnación viva del delincuente de cuello y corbata, criminal, desalmado y amoral.
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PERIODISMO DOMINICANO
Idel Moro es Lic. Ramon Nuñez Moreta - Periodista. egresado UASD.