AUMENTO SALARIAL vs PRESUPUESTO DE LEY Y GASTOS PUBLICOS 2009.

El estado dominicano esta llamado ha reajustar los salarios de todos los servidores públicos del país debido a la perdida adquisitiva que ha sufrido el peso dominicano, pero aun no dice como lo hará. Ya se diseño el presupuesto de ley y gastos públicos para el periodo 2009 y en el no se especifica asignaciones especiales con esa finalidad.

El secretario de hacienda Vicente Bengoa reconoce la necesidad de realizar un aumento salarial, pero admite que las fuentes proveedoras de esos ingresos aun no están identificadas, o lo que es lo mismo a decir que no se sabe de donde sacara el estado el dinero para realizar aumentos salariales de importancia a la generalidad de los trabajadores del estado.

Desde hace años se reconoce como cierto que el salario de los policías y militares, maestros, médicos y enfermeras, entre otros, deben ser reajustados para que estos puedan realizar sus labores con cierto grado de dignidad y puedan recibir justa retribución al esfuerzo realizado, pero no solo esos trabajadores existen, si no decenas de otras profesiones y puestos públicos que también reciben salarios que no les permiten sobrevivir siquiera mínimamente.

Datos ofrecidos por la central general de trabajadores unificados (CNTU) revelan que el 62 % de la población gana menos de 10 mil pesos mensuales mientras una canasta familiar modesta para un promedio de cinco personas ronda los $28 mil pesos mensuales (esto calculado a un mínimo de 900 pesos diarios para desayuno, comida y cena) sin contar con los demás gastos de vestimentas, médicos y pasajes entre otros.

Todos esto ante una avalancha de salarios y pensiones lujosas que funcionarios del estado se auto asignan sin ningún tipo de control estatal y sin que el presidente de la republica diga esta boca es mía. A diario observamos como decenas de dominicanos pierden la vida al enfrentarse a las aguas del mar caribe procurando llegar a Puerto Rico en yola y eso ciertamente no es el mejor camino, lo cierto es que la esperanza se ha perdido y que estamos lejos de ser el Nueva York chiquito con que sueñan nuestros dirigentes